Cinco toneladas de este manjar se servirán en junio durante las XIV Jornadas.

Aranda de Duero acogerá a partir del próximo día 1, y durante todo el mes de junio, la décimo cuarta edición de las tradicionales Jornadas Gastronómicas del Lechazo, un festín encomendado a asadores especializados en horno de leña de diez restaurantes de la populosa villa burgalesa. Se estima que en esta decena de establecimientos se servirán durante dicho mes unas cinco toneladas de cordero lechal, además de sus productos derivados y otras delicias culinarias

Todo ello se acompaña con ensalada y pan del lugar, y en perfecto maridaje con los vinos de la D.O. Ribera del Duero, que impulsa esta iniciativa junto con el Ayuntamiento y Asohar, la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera. Colaboran la marca de calidad Lechuga de Medina y los elaboradores de la Torta de Aranda. El precio estipulado es de 37 euros (IVA incluido).

Las Jornadas han sido presentadas hoy a periodistas especializados, en un ágape ofrecido en el Asador de Aranda y con presencia de autoridades, encabezadas por la alcaldesa, Raquel González Benito, quien ha resaltado la importancia que tiene para la villa esta cita gastronómica anual y otro acontecimiento coincidente, la exposición “Eucharistia”, la XIX edición de Las Edades del Hombre, apoyada también por la D.O., de carácter itinerante y que recoge destacadas obras de arte religioso de esta Comunidad, del rico patrimonio de la Iglesia.

Aranda: pan, vino y lechazo
Ha desvelado la primera autoridad municipal que “Eucharistia”, un recorrido histórico sobre este sacramento, ha recibido más de 15.000 visitas desde que fuera inaugurada por la infanta Elena el día 6 último. Se puede contemplar en las iglesias de Santa María la Real (en la foto) y San Juan hasta el 10 de noviembre.

Ha recordado la alcaldesa que Las Edades del Hombre, un proyecto cultural y turístico de la Junta de Castilla y León, ha superado ya los diez millones de visitantes, muchos de ellos de fuera del ámbito estatal.
Aseveran que Aranda es tierra de pan, vino y lechazo, argumentos suficientes para motivar al forastero. Sin embargo, la localidad burgalesa aporta otros alicientes, es el caso de sus siete kilómetros de bodegas subterráneas de origen medieval, o de haber sido plasmado su conjunto urbano en un plano que data de 1503 y considerado como el primero que fue realizado en perspectiva en España.

En torno a este plano pivotan las visitas teatralizadas, bien concebidas y en una de las cuales he participado junto con otros representantes de los medios informativos.
Después hemos disfrutado del plato fuerte, el cordero lechal amparado por una I.G.P. La reunión ha permitido que impartiera la docencia a un grupo de periodistas el maestro Rafael Miguel, de Casa Florencio, y que nos haya sido presentado uno de los expertos del restaurante Los Rastrojos, un joven cocinero, creo recordar que de nombre David, que apunta buenas maneras y desborda entusiasmo.

Me he permitido dar un consejo a este último: La imaginación al fogón, siempre, pero dentro de un orden. Y, por supuesto, sin desvirtuar los sabores y esencias del producto estrella de la capital del lechazo: una materia prima de la mejor calidad (si es de churra aún mejor, no parece haber sido hoy la raza elegida) y con asado en horno de leña al estilo tradicional.
(www.lechazo.es, www.arandadeduero.es, www.asohar.es, www.riberadelduero.es)
Fotos del autor y cortesía de la organización