De cómo un excelente destino turístico incrementa su estrellato.

Las grandes marcas, aunque consolidadas, están obligadas a mantener su prestigio. Lo mismo ocurre en el sector turístico, y ello se consigue con más y nuevas ofertas, aportando novedosas sensaciones y, sobre todo, con una promoción adecuada. Esto, que en teoría parece fácil, muchas veces no es así.
No es el caso de la Costa Brava Girona, cuyo Patronato de Turismo, dependiente de la Diputación, está dispuesto incluso a incrementar el imán de este destino turístico por excelencia. Ello se ha puesto de manifiesto en una actuación promocional de ámbito estatal que ha recalado hoy en Bilbao, uno de los principales focos emisores de visitantes hacia la provincia gerundense.
En el Top 20 de los mejores destinos turísticos
El atractivo de la Costa Brava como lugar de inspiración o de recreo viene de lejos. Hace más de cien años, en 1908, el periodista Ferran Agulló publicó en “La Veu de Catalunya” un artículo titulado “Por la Costa Brava”. Dice la leyenda que el nombre se le ocurrió al observar las escarpadas calas de la costa desde el mirador de la ermita de Sant Elm, en San Feliu de Guíxols.

Sea como fuere, actualmente no se trata sólo de una marca turística: el nombre Costa Brava evoca el mar y las calas que han hecho tan popular la zona, desde Portbou a Blanes, a lo largo de 220 kilómetros de norte a sur, con lugares de gran encanto como Cadaqués, Begur, Calella de Palafrugell, Palamós o Tossa de Mar; con poblaciones turísticas de ocio, es el caso de Roses, Platja d´Aro -qué recuerdos me trae de veraneos en familia- y Lloret de Mar; o los pueblos medievales de Peralada, Castelló d’Empúries, Pals y Peratallada…
Mención especial merece la villa marinera de Cadaqués, en pleno corazón del cabo de Creus y estrechamente vinculada a la figura de Salvador Dalí. Y, por supuesto, el Pirineu de Girona, sin duda alguna los Pirineos más mediterráneos y formados por las comarcas de Cerdanya, Ripollés, Garrotxa y parte del Alt Empordà. Las cinco estaciones de esquí ofrecen más de doscientos kilómetros de pistas.
Veintiocho playas y ocho puertos náuticos de la costa gerundense obtuvieron en mayo la bandera azul, en reconocimiento a la calidad de las aguas, de la arena y los servicios turísticos.

Pero hay mucho más: un suave paisaje de interior, una gastronomía de gran calidad, una cultura distintiva, un rico patrimonio y unas tradiciones que se han sabido conservar a lo largo de los años.
En 2012, la Costa Brava fue elegida por la revista «National Geographic Traveler» uno de los Top 20 mejores destinos turísticos mundiales.
Y más: alberga el mejor restaurante del mundo 2013, según la revista «Restaurant Magazine»: el Celler de Can Roca y, asimismo, el Golf Catalunya Resorte, con el mejor campo de España en 2014 para la práctica de este deporte, en opinión del portal británico Top100golfcourses, y el tercero mejor de Europa según la revista «Today´s Golfere».
Y más por si lo anterior fuera poco: posee la bahía de Roses, declarada por la Unesco una de las más bellas del mundo; y figuras internacionales como Salvador Dalí y Ferran Adrià, que actúan como embajadores.
Y más aún: veinte estrellas Michelín
Metidos en materia culinaria, la provincia de Girona es bien conocida porque tiene dieciséis restaurantes que suman veinte estrellas Michelín, y entre los que cabe destacar el de los hermanos Roca, segundo mejor del mundo en 2014, en opinión de «Restaurant Magazine»; el Miramar de Llançà, de Paco Pérez; y Les Cols de Olot, de Fina Puigdevall.
Capítulo aparte merecen los vinos y cavas de la D.O. Empordà, que impulsan el enoturismo en la zona y realzan la calidad del producto autóctono. Hemos tenido el placer de degustarlos y elogiarlos en Bilbao, y de descubrir un vino dulce sorprendente, el Mas Llunes, un placer báquico de vendimia tardía de uva garnacha.
Ha sido el broche de oro a una impactante degustación, o mejor exhibición, de buen hacer que han ofrecido dos cocineros que forman parte del estrellato: el gerundense Albert Sastregener, del restaurante Bo.Tic de Corçà, pueblo próximo a Palamós, en la carretera que une esta localidad con la capital, y el bilbaíno Fernando Canales, del restaurante Etxanobe, ubicado en el recinto del Palacio Euskalduna de Congresos y de la Música.
Ambos, y sus respectivos equipos, han ofrecido una sinfonía bien orquestada, pletórica de colores, olores y sabores, con suculencias afinadas y tiempos bien medidos, con tenues esencias ampurdanesas y con una batuta compartida y llevada con acierto. Esta buena “música” se ha transmitido a un selecto y nutrido “auditorio” del que hemos formado parte los periodistas especializados.
La reunión ha contado con la presencia del Vicepresidente de la Diputación de Girona y del Patronato de Turismo Costa Brava Girona, Miquel Calm, y el Director del Patronato de Turismo Costa Brava Girona, Ramon Ramos.
Calm ha destacado la importancia que tiene el público vasco para un destino turístico como la Costa Brava y el Pirineu de Girona. “El País Vasco constituye uno de los principales mercados emisores para el turismo en Catalunya y nuestro territorio no es una excepción. El viajero vasco ha encontrado en las comarcas gironinas todo aquello que forma parte de sus preferencias a la hora de disfrutar de sus vacaciones, como la buena gastronomía y la riqueza natural. Y nuestra intención con este tipo de acciones es fidelizarlo y cuidarlo aún más”, ha declarado.
Portavoces institucionales han explicado a Revista del Viajero que esta presentación “forma parte de la gira de promoción exterior que el Patronato de Turismo Costa Brava Girona, de la Diputación de Girona, llevará a cabo hasta el próximo jueves 12 de junio, antes de iniciar la temporada de verano, en las ciudades de Bilbao, Pamplona y Zaragoza, para captar público procedente del norte de la Península y promover la línea de AVE entre Zaragoza, Girona y Figueres. ¡Que más se puede pedir!.
(www.costabrava.org, www.pirineugirona.org)
Fotos: Miguel Ángel Muñoz Romero