Fiebres, infecciones, alergias y traumatismos, las dolencias más comunes durante los viajes

El 4% de los españoles necesita atención sanitaria cuando está de viaje, según estudio realizado por el equipo de ‘Business Analytics’ de Intermundial. El 21% de los enfermos padece fiebres y malestar general, y el 20% infecciones de todo tipo, sobre todo gastroenteritis (9%), entre otras. El 15% llama a los servicios médicos por sufrir dolor en alguna parte del cuerpo. Las alergias alimentarias o las provocadas por picaduras de mosquitos y otros insectos afectan a un 5,5% de los viajeros. Otras causas para solicitar los servicios sanitarios son las caídas (9,5%), los accidentes (8,5%), las contusiones (2,4%) y los cortes (1,4%).

En muchos casos, los servicios médicos pueden ser muy costosos, especialmente si se precisan radiografías, ambulancias y hospitalización. Y el presupuesto para las vacaciones se puede disparar si se tiene que recurrir a una repatriación.

Coberturas médicas específicas para cada tipo de viaje
El número de viajeros que acuden a los servicios médicos y los gastos que estos servicios generan puede variar en función de la tipología del viaje y del destino. Por eso los seguros de viajes deben estar adaptados a las características específicas de cada uno.

Esperando en la consulta del médico.
Esperando en la consulta del médico.

Según datos del Instituto de Estudios Turísticos, la Unión Europea es el destino exterior más frecuentado por los españoles. De hecho, durante el año 2012 se realizaron más de 13 millones de viajes a algún país de la UE. Y aunque todo español puede utilizar la tarjeta sanitaria comunitaria en todo el territorio de la Unión en las mismas condiciones y coste que las personas que viven el destino, hay que tener cuidado, pues no en todos los países los servicios médicos son gratuitos.

Además, al contrario de lo que podría creerse, la tarjeta sanitaria europea solo tiene validez en determinados centros concertados y es inservible en centros médicos privados que, en muchos casos, son los más visitados por los turistas. Por otra parte, las prestaciones de dicha tarjeta no incluyen el traslado del enfermo al centro sanitario, ni las ambulancias, ni los gastos de repatriación, por lo que la tarjeta sanitaria europea no representa una alternativa real al seguro de viaje.

Un destino al que conviene ir bien protegido por un seguro médico con altas coberturas es EE.UU., elegido por más de 400.000 viajeros españoles en 2011, según datos del Instituto de Estudios Turísticos. En EE.UU. no existe sanidad pública gratuita y cualquier consulta de urgencias cuesta un mínimo de 120 euros, cifra que aumentará considerablemente si se produce alguna complicación que conlleve internamientos hospitalarios, o cualquier otro servicio. Y el coste se puede disparar si se precisara de cualquier tipo de intervención, y más aún si se necesita una repatriación.

A las zonas tropicales viajan cada año un millón de españoles, según datos de la Sociedad Española de Enfermedades Infeccionas y Microbiología Clínica (SEIMC), siendo el verano el periodo en que más desplazamientos se realizan a este tipo de destinos: 500.000 a América Central-Caribe y Sur, 280.000 a África, y 165.000 a Asia y Pacífico. De hecho, ocho de cada 100 viajeros acuden al médico. La mayor parte, entre el 40% y el 60%, lo hacen por alguna infección, en especial por problemas gastrointestinales.

Los viajes con actividades de aventura son los que más riesgos conllevan. El 3% de los viajeros sufre lesiones o accidentes que merecen ser examinados por un médico. Los gastos sanitarios en este tipo de viajes suelen ser muy elevados porque implica el traslado del enfermo, el pago de radiografías y muletas, e incluso la repatriación del accidentado. Además, hay algunos deportes de aventura que exigen coberturas especiales, como el submarinismo, por ejemplo, que presenta el riesgo de accidente de descompresión, que debe ser tratado con una cámara hiperbárica, algo que solo cubren los mejores seguros de viaje.

En los cruceros, las incidencias más comunes son las caídas en las instalaciones, las quemaduras en cubierta, los mareos, los problemas digestivos y los trastornos provocados por los cambios de temperatura. Antes de embarcar, hay que tener en cuenta que la atención médica no es gratuita, y sólo el pasajero con un seguro puede librarse del coste de este servicio.

La repatriación, un problema de largo alcance
El 5% de los viajeros que acuden al médico mientras viajan por el extranjero necesitan ser repatriados. La mayor parte de las repatriaciones se producen por accidentes de tráfico, caídas, torceduras de extremidades inferiores e infecciones agudas. Los gastos de la repatriación pueden ser muy elevados, porque, en muchos casos, se utilizan aviones ambulancias o medicalizados con personal médico acompañando al viajero si fuera necesario. Y dependiendo de la patología y de los medios que se necesiten, el coste de una repatriación varía entre los 3.000 y los 50.000 euros. Los seguros no suelen poner límites ni en los gastos de repatriación sanitaria ni funeraria y, además, suelen contemplar el traslado de un acompañante.

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